lunes, 14 de mayo de 2012

Italia Fascista

1. Crisis de la posguerra 

La primera guerra mundial había significado para Italia el empobrecimiento de las clases trabajadoras, que habían visto disminuir su poder adquisitivo al aumentar los precios de los bienes de consumo y, los salarios mantenerse inferiores respecto a 1913. El origen del movimiento huelguístico en Italia, además se inspiró en la revolución bolchevique de Rusia, que vio un ejemplo a seguir. Las huelgas se incrementaron y la ocupación de fábricas fue un hecho consumado, sobre todo en el norte de Italia;
mientras, en el campo se producía la ocupación de tierras de los grandes propietarios. Todos estos factores influyeron en la burguesía por el "miedo rojo" o, el temor a una revolución social que acabara con el orden existente. Las medidas que comenzaron a reclamar no solo fueron las de la represión de estos movimientos, sino soluciones mucho más estrictas.
En el ámbito político, la monarquía constitucional atravesaba una situación de fuerte inestabilidad y ningún partido conseguía obtener mayorías estables y gobiernos duraderos. Así pues, entre 1919 y 1922, se sucedieron cinco gobiernos diferentes. El régimen constitucional se apoyaba en la coalición de partidos liberales de centro, que comenzó a verse contestada por la presión del Partido Socialista, del recién escindido Partido Comunista de Antonio Gramsci en 1921 (que defendía las posturas maximalistas revolucionarias) y, por el Partido Popular, de inspiración católica y, que aunaba a los sectores antisocialistas.
A ello hay que sumar la oleada del nacionalismo exaltado, que había crecido durante la Primera Guerra Mundial y, que tomó impulso debido a la frustración de recuperar territorios irredentos que no se habían cumplido del todo. Los territorios irredentos eran aquellos que no habían sido anexionados a Italia durante la unificación del siglo XIX, como la costa de dálmata (actual Croacia), la ciudad del Fiume (Rijeka) que había quedado bajo control de la Sociedad de Naciones. Esto conllevó, a que un grupo de excombatientes (arditi) liderados por Gabrielle d'Annunzio ocuparan dicha ciudad, pero siendo obligados por el gobierno italiano a abandonarla por la fuerza, lo que generó una mayor frustración.

2. Formación del fascismo

En 1919, un ex militante del partido socialista, Benito Mussolini, había creado los Fasci di Combattimento, grupos de excombatientes de la Primera Guerra Mundial, sindicalistas revolucionarios, viejos anarquistas, nacionalistas, etc., en los que radicaba un programa populista y nacionalista. Pero en 1921 ante los acontecimientos nacionales, Mussolini transformó los Fasci en el Partido Nacional Fascista, presentándose como un instrumento y una fuerza capaz de detener al comunismo y su amenaza sobre Italia. El viejo programa de los Fasci di Combattimento cambió hacia un viraje más conservador y menos revolucionario, en el que se hacía una defensa de la propiedad privada, impregnado de un nacionalismo radical y de la defensa de un nacionalismo militarista en el exterior. El PNF adquirió una simbología propia: los fascistas adoptaron la camisa negra como uniforme y saludo a la romana con el brazo en alto.,
Sin embargo, las bases sociales del partido fueron variadas ya que se nutrieron de sectores de obreros descontentos con la situación política y social, pero sobre todo de la pequeña burguesía, atemorizada ante la crisis y el ascenso de las fuerzas revolucionarias obreras. El Partido fue pronto bien visto entre los industriales, grandes propietarios de tierras, sectores del ejército, o del propio gobierno, que lo consideraban como un instrumento para frenar el avance del comunismo. Este apoyo no tardó en darse desde la ayuda financiera de la Confindustria, la organización patronal de Italia.
Los squadristi (fascistas) protagonizaron numerosos actos de violencia social, contra políticos, ayuntamientos, periódicos, etc,. de izquierdas. Pretendían acallar toda forma de oposición atemorizando a la población a golpes, contando con la complicidad de la policía, que actuaba contra ellos sin contundencia, y de la justicia, que dictaba penas simbólicas para los escuadristas. En 1921 habían sido asesinadas unas 600 personas y, el PNF creció rápidamente en 1922 alcanzando los 700 mil afiliados.


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